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martes, 25 de septiembre de 2012

ESTANTERIA SUSPENDIDA

Por fin vacaciones, a últimos de septiembre pero vacaciones, aunque por las fechas este año no coincido ni con mi mujer ni con mis hijos, así que nada mejor para aprovechar estos días que dedicarlos a mi afición por el bricolaje.

Venimos observando que el cuarto de invitados (que ya fue objeto de una publicación anterior http://brico-carpinteria.blogspot.com.es/2011/02/habitacion-de-invitados.html), cuyo espacio también dedico a despacho y sus huecos a almacén de herramientas, no dispone de un sitio donde aquéllos puedan dejar sus pequeñas cosas mientras pernoctan en casa, así que uniendo necesidad y afición le hemos dado solución a este problema construyendo una estantería suspendida con un par de cajones para ese fin.

Tras hacer un pequeño esbozo y comprar la madera necesaria había que ponerse manos a la obra.

Para este proyecto había decidido no utilizar tornillería por lo que tocaba dar un salto cualitativo y empezar a usar métodos más comprometidos, pero también más gratificantes.   Os recuerdo que en vacaciones no hay prisas y el bricolaje es para disfrutarlo.

Asi pues, lo primero fue hacer unas acanaladuras en los montantes laterales para ensamblar después los separadores horizontales.   Después de un primer intento en la mesa de fresar noté que la trayectoria se torcía, asi que opté por hacerlo como veis cogiendo el toro por los cuernos (o sea la máquina por sus asas) y puestos a desconfiar de mis propias habilidades humilladas en el intento anterior opté por disponer dos guías en vez de una, asi de esta manera resulta imposible que el fresado no siga la línea recta.




Tras el fresado, nada mejor que una primera prueba en seco y comprobar que todo encaja en su lugar.



Ahora tocaba el turno de los remates de los montantes verticales.   Para este menester decidí rescatar la plantilla que ya usé para los estantes de la Roetes, y que me había guardado en el ordenador ya que la diseñé utilizando Word.   Sólo que tuve que ampliar las medidas para que se acomodasen a las dimensiones de este proyecto, pero eso es cosa de niños, basta cambiar las dimensiones del dibujo e imprimir la plantilla.





Tras recortar la plantilla de papel, y trasladar el diseño a la madera, sólo falta aplicarse con la sierra de calar utilizando una hoja para cortes curvos, más estrecha de lo habitual y con un dentado muy fino que deja un acabado bastante bueno tras el corte.


Y puestos a experimentar técnicas, para los cajones por fin le llegó el turno a mi plantilla de colas de milano.   Es la primera vez que la uso desde que la compré hace ya algunos meses, aprovechando una ganga ya que la pude adquirir a muy buen precio por tener la caja rota.   Pero no ha sido hasta este momento que la he podido estrenar.   Este es el resultado.


Y esto es parte del proceso de aprendizaje, no sé como me las apañé, pero a la derecha de este ensamble me quedó una cola extra grande.   Posiblemente no situé correctamente las tablas en la plantilla, porque también se aprecia en la izquierda que ha saltado un trozo de madera debido al poco material que encontró la fresa al final de la tabla.




Para la parte posterior de los cajones y para la base, he recurrido también a la realización de acanaladuras, en las que introducir luego los otros elementos.   Pero en esta ocasión si que he usado la mesa de fresadora ya que la menor distancia del fresado a la guía no produce los desvíos que se produjeron al fresar a contrahilo los paneles verticales.


A pesar de mi primera intención, a la hora del montaje y encolado final, no he tenido más remedio que recurrir provisionalmente al uso de tornillos ya que no dispongo de suficientes gatos, ni los que tengo tienen el tamaño necesario, así que los tornillos han hecho las veces de gatos de apriete mientras se secaba la cola una vez comprobada la escuadría del conjunto.




Para la trasera, que se encastra en un rebaje de 1x1 cm fresado sobre la parte posterior del mueble, he utilizado unas lamas de machihembrado que en su día retiró un amigo mío por cambios de decoración en su casa.  Como dice el refrán "el que guarda siempre halla".   Por cierto, atención al soporte que utilicé para sostener el mueble mientras le hacía las fotos, parte de un dispensador de Lacasitos, porque puede que vea la luz como protagonista en una publicación posterior.


Por fin el proyecto ya termitado, una vez barnizado, salvo el panel posterior que se ha pintado en marfil, para igualarlo al resto de muebles donde se va a integrar.



Ahí va !!   Ahora que lo veo sin serrín en los ojos creo que debía haber procurado que el primer listón de la trasera y el último tuvieran el mismo ancho.   Igual es una manía pero habría quedado simétrico, para la próxima pondré más atención.

Como dije al principio, la premisa que me había marcado era no usar tornillería como elemento de ensamblaje (aunque sí que la he usado como herramienta de fijación provisional), así que, una vez estuvo seca la cola y antes de barnizar, se retiraron los tornillos que fueron sustituidos por espigas debidamente enrasadas.   Por fin, tras la incómoda pero necesaria etapa del barnizado-pintado se remató la faena con la colocación de los tiradores de los cajones.


Como conclusión para este proyecto tengo tres apreciaciones.  
  1. Por un lado he visto la necesidad de dotar a la mesa de fresado de un carro deslizante si pretendo realizar fresados a contrahilo alejados de la guía de la mesa y recuerdo haber visto algo así en internet.
  2. La utilización de acanaladuras ha resultado bastante satisfactoria ya que el mueble quedó perfectamente montado y estable una vez estuvo encolado, no moviéndose un ápice incluso sin la colocación del panel posterior que es lo que suele dar estabilidad a los muebles "nerviosos".
  3. Las colas de milano, aunque soy consciente de que no se van a apreciar, salvo que quien abra el cajón tenga un mínimo gusto por la carpintería, y a pesar de haberlas realizado con plantilla y fresadora, me han dejado un buen regusto en la boca.